FEDERACION PARA LA PAZ UNIVERSAL

Copa Mundial de Artes Marciales ‘Buenos Aires 2009’
"La mejor defensa personal: Educación y práctica en valores"
Bajo el lema "La mejor defensa personal es una buena educación y práctica en valores" se desarrolló el 31 de octubre y 1º de noviembre la Copa Mundial de Artes Marciales ‘Buenos Aires 2009’, en el Estadio 'José María Gatica' de Villa Dominico, en el Partido de Avellaneda, lindante con la ciudad de Buenos Aires. Unos 300 trofeos estuvieron en juego durante las dos jornadas del certamen, que contó con delegaciones de distintos países. La más numerosa fue la de Paraguay, con más de 40 atletas.
Tong-il Moo-do, Kung fu, Judo, Taekwon-do, Sipalki-do, Tangsu-do y Karate-do fueron los estilos que se dieron cita en distintas categorías en el polideportivo techado que recuerda al reconocido boxeador homónimo. El recinto sirvió de resguardo en una fin de semana con lluvias torrenciales, que no disminuyó el ímpetu puesto en acción por los participantes de las escuelas de artes marciales de Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, Perú, Japón, Estados Unidos, Filipinas y Kenia, quienes dieron la nota, por la elasticidad de sus movimientos.
El domingo tuvo lugar la ceremonia de cierre, con exhibiciones de diferentes estilos, entrega de trofeos, mientras que referentes de distintas áreas firmaron la Declaración de Paz de las Artes Marciales y del Deporte en general, que da cuenta de cómo esta práctica y sus valores realizan una positiva y efectiva contribución a la paz mundial. El acto contó con el toque musical de la Banda de San Francisco Solano. Al final se cortó una torta de celebración por el 30º aniversario de Tong-il Moo-do, una nueva disciplina que conjuga movimientos lineales y circulares en búsqueda de la armonía y la unificación de todos los estilos, enfatizando la necesidad de la educación en valores universales.
“La práctica marcial no es sólo una disciplina deportiva, sino un arte que busca forjar el carácter, fortalecer la voluntad y brindar un entendimiento comprensivo sobre lo correcto y lo incorrecto. A través de la competición, los practicantes no sólo pueden asimilar a sus vidas las reglas, sino valores tales como el respeto, el trabajo en equipo, el compañerismo, el autocontrol y la disciplina, la superación personal, el sacrificio personal por un beneficio mayor, la capacidad de adaptación, la solidaridad, el compromiso, etc.”, expresa uno de los siete puntos de la Declaración que fue firmada por los Maestros de las distintas disciplinas, autoridades presentes e invitados especiales.
La ‘Buenos Aires World Cup 2009’ fue continuidad de la ‘Cheong Pyung Peace Cup 2008’, la ‘Bangkok World Cup 2007’, la ‘Manila Peace Cup 2006’, la ‘Tokyo Peace Cup 2005’ y la ‘Connecticut Peace Cup 2004’. El Comité Organizador estuvo encabezado por el Maestro Gustavo Giuliano, Director en América Latina y Caribe de Tong-il Moo-do; el Maestro Shota Iwasaki, Co-Director del Comité Organizador; el Maestro Takamitsu Hoshiko, Vicepresidente y Secretario General de la Federación Mundial de Tong-il Moo-do; el Sensei Gabriel Machado, Presidente de la Asociación Argentina de Karate Shito Ryu; con el auspicio de la Federación de Artes Marciales para la Paz Mundial, el apoyo de la Municipalidad de Avellaneda, la colaboración de la Federación para la Paz Universal (UPF) de Argentina y de otras entidades.
Lic. Miguel Werner
UPF – Argentina
unaprensa@yahoo.com.ar
WORLD TONG-IL MOO-DO FEDERATION
MARTIAL ARTS FEDERATION FOR WORLD PEACE
DECLARACIÓN DE PAZ DE LAS ARTES MARCIALES
Y EL DEPORTE EN GENERAL
"Puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz"; Preámbulo UNESCO.
Primero: A través de la filosofía que dio origen a las artes marciales, los practicantes se orientan en corazón, pensamiento y acciones a promover la armonía en las dimensiones físicas, espirituales y sociales. Por lo tanto, las habilidades asimiladas en las artes marciales se complementan con los quehaceres esenciales de la vida, tendientes a lograr la armonía interna y externa.
Segundo: La práctica marcial no es sólo una disciplina deportiva, sino un arte que busca forjar el carácter, fortalecer la voluntad y brindar un entendimiento comprensivo sobre lo correcto y lo incorrecto. A través de la competición, los practicantes no sólo pueden asimilar a sus vidas las reglas, sino valores tales como el respeto, el trabajo en equipo, el compañerismo, el autocontrol y la disciplina, la superación personal, el sacrificio personal por un beneficio mayor, la capacidad de adaptación, la solidaridad, el compromiso, etc.
Tercero: Aquí es donde se destaca el aporte que las artes marciales pueden hacer a la convivencia social. Porque la competencia bajo los valores mencionados permite superar las percepciones hostiles que generaron distanciamientos en la sociedad y confrontaciones. Esto implica cambios internos, que involucra pensamientos, emociones, actitudes y acciones. Porque el conflicto empieza con una visión auto-centrada que produce acciones dañinas a los demás y al medio ambiente.
Cuarto: La violencia es la manifestación de la maldad más obvia y es un síntoma de un fracaso moral. Si queremos eliminar la violencia en todas sus formas, debemos comprometernos a un despertar espiritual y a un desarme de prejuicios hacia los demás, sociales o culturales. Un practicante de artes marciales que incorpora los valores que promueven las distintas disciplinas tendrá un sinnúmero de elementos que le ayudarán a evitar la confrontación en situaciones amenazantes de la vida cotidiana.
Quinto: Las artes marciales, y los deportes en general, pueden ayudar a canalizar energías que en la sociedad suelen derrocharse en conflictos de todo tipo. La sana competencia, indudablemente, puede salvar los diferentes abismos creados por razones históricas entre distintos grupos sociales, entre pueblos y culturas, por cuestiones de raza, religión, nacionalidad o condición socioeconómica. La resolución de estos conflictos crea el fundamento para la paz en la comunidad, la nación y el mundo.
Sexto: Siendo la familia el entorno más cercano de un practicante, esta constituye un sostén imprescindible para el logro de sus metas. De aquí también la importancia en fortalecer la piedra angular de la comunidad, primera escuela donde se aprende los valores esenciales para la vida en sociedad. Promoviendo el matrimonio y la familia podremos brindar contención y seguridad a las futuras generaciones, fundamento para educar a respetar a todas las personas, a resolver los conflictos sin armas ni violencia, que permitirá la reasignación de recursos masivos para el desarrollo humano.
Séptimo: Está claro que la mera práctica deportiva, como la sola promulgación de leyes, no cambiarán mágicamente la cultura de violencia que embarga a sociedades y pueblos, sino que las mismas deben ser sostenidas por significativos programas educativos tendientes a promover la formación del carácter, la resolución de conflictos y una cultura de servicio y de paz. Los hombres y las mujeres que han sido educados a cumplir con sus obligaciones y responsabilidades morales hacia los demás, respetarán y vivirán para el bien mayor y las realizaciones de los demás, siendo verdaderos hacedores de paz.

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